Mi princesa hermosa, eres una bendición de Dios, una muestra de su infinita misericordia, al escuchar las oraciones de Sofi por varios días pidiéndole a Dios que le regalara una hermanita, le pidió con tanta fuerza que a pesar de que los médicos decían que no era posible, nuestro Padre nos envió un gran regalo... tu presencia.

Tu nacimiento fue una muestra del amor de Dios para nosotros y el segundo regalo fue escuchar las oraciones de toda tu familia clamando tu sanidad en diagnóstico grave de vida dado por el médico.

Tu fortaleza, alegría, amor, serenidad, simpatía, carcajada, cariños, travesuras, coqueteos, entusiasmo, espontaneidad, inteligencia, llenaron nuestras vidas de mucha felicidad y en cada temporada que has compartido con tu familia, has dejado una huella.

Mi princesa dentro de poco pasas a una etapa en la que comienzas tu despedida de niña e inicias la de mujer. Me siento muy orgullosa de mi princesa y le doy gracias a Dios por darme la oportunidad de ser tu mamá.

Sigue sonriendo, amando, luchando, conquistando, creciendo, ayudando y dado tu mejor versión a Dios y a los demás como lo has hecho hasta ahora.

Sigue brillando mi hermosa estrella.

Te amo!